San Sulpicio: ¡una parada que no debe perderse!
SAINT SULPICE
La fuente representa cuatro obispos (que nunca se convirtieron en cardinales) en los cuatro puntos cardinales y es un espectáculo para disfrutar!
La iglesia del setecientos de Saint Sulpice es una de las iglesias más sencillas y al mismo tiempo más famosas de París. La estructura majestuosa y su fama, amplificada también gracias al Best Seller "El código Da Vinci" de Dan Brown, la convierte en una meta imprescindible para todos los turistas que elijan como meta la capital francesa. Además, tras la visita a la iglesia (gratuita), podréis unirle un exquisito café en dicha plaza y disfrutar de la visita a la iglesia y a su imponente fuente.
La historia
La iglesia de Saint Sulpice, expresa plenamente varias mutaciones de gusto de entre el '600 y el '700 y es un válido ejemplo de majestuosidad y sencillez al mismo tiempo. El edificio se empezó a construir en el 1646, pero pasaron muchos años antes de verlo finalizado y en realidad, actualmente se puede definir todavía como una obra incumplida, ya que una de las torres (la del sur) no fue rematada nunca. La fachada estaba compuesta por dos vórtices superpuestos y un frontón, cuando fue ultimada en el 1745 por Giovanni Nicolò Servandoni. En el 800, tras la caída del frontón a causa de un huracán, este último fue sustituido por una terraza con barandilla. El 1727 marcó una de las fechas más importantes en la historia de esta iglesia, ya que se solicitó la construcción de un gnomon astronómico, que a continuación se reveló no solo útil en el cálculo del equinoccio de marzo (y de la Pascua), sino que se reveló único motivo de salvación para la iglesia. De hecho, gracias a la presencia del gnomon astronómico, no fue demolida durante los años de la revolución francesa.
Visita
Visitar la iglesia es posible todos los días desde las 7:30 hasta las 19:30, manteniendo el máximo respeto durante los oficios religiosos.El coste de la visita es gratuito, en cualquier caso si se desea se puede dejar una ofrenda. Si el exterior sorprende por su sencillez, su interior sorprende por su grandeza (118 x 17 metros) y belleza de sus frescos y esculturas. En la capilla a la derecha (capilla de los ángeles), podréis admirar los frescos de Eugène Delacroix y la efigie de San Pedro, realmente muy similar a la situada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Al principio de la nave, os cubrirá la presencia de las dos maravillosas pilas bautismales de Jean-Baptiste Pigalle. Los pilares están decorados por esculturas de Edme Bouchardon, pero sin ninguna duda, la atracción que más impresiona y fascina es el obelisco de alrededor de 11 metros con el gnomon astronómico, que se volvió célebre en la novela y la película "El Código da Vinci". Una línea de ramas corre a lo largo del obelisco y continúa por el suelo en dirección norte-sur, creando la famosa meridiana que determina con precisión el equinoccio de marzo y por lo tanto el domingo de Pascua.
La plaza e la fuente
La plaza homónima acoge, además de la iglesia, una bellísima e imponente fuente. La fuente, que representa cuatro obispos (que nunca se convirtieron en cardinales) en los cuatro puntos cardinales, es un espectáculo para disfrutar sentados en la plaza o cómodamente sentados en una de las numerosas cafeterías. Descubrirás en este lugar, un pequeño ángulo de paz en París donde relajarte antes de la próxima etapa del tour, la cual podría ser: el cercano Teatro de Odéon construido en el centro de dicha plaza.