El nombre de esta iglesia para muchos puede no significar nada, pero es justo en su interior donde se conserva una de las obras de arte más famosas en el mundo: el Cenacolo o la última Cena de Leonardo da Vinci.
Vale la pena, sin embargo, visitar esta magnífica basílica más allá del tesoro que alberga: de hecho, Santa María de las Gracias, a pocos pasos del centro histórico, es una de las iglesias más hermosas de Milán y se encuentra entre los sitios de patrimonio mundial de la UNESCO. En nuestro artículo encontrareis toda la información útil sobre su historia y qué ver dentro de ella.

Historia de la basílica

Construida en muy pocos años a mediados del 1400 por solicitud de los frailes dominicos, la iglesia de Santa María de las Gracias no quería ser solo un lugar de culto sino también un convento para la orden religiosa.
Con un estilo en parte gótico y en parte renacentista, la basílica disfrutó de sus años más magníficos cuando el señor Ludovico il Moro reinó en Milán: un gran mecenas de obras de arte, fue él quien quiso que Bramante construyera la tribuna y que el fresco en el refectorio del convento fuese pintado por Leonardo da Vinci.
Completamente restaurada durante el siglo XIX, la iglesia sufrió daños considerables durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial; Afortunadamente, se salvó el muro con el fresco de la Última Cena, aunque la reconstrucción posterior de la basílica fue solo parcial.

Arquitectura de la basílica

El edificio presenta una fachada particular en forma de campana y en su interior se encuentran tres pasillos con numerosas capillas en los pasillos menores utilizadas por las importantes familias milanesas durante el Renacimiento como lugar de entierro. Los ábsides y las ventanas de vidrio hacen que la iglesia sea muy luminosa, también son muy particulares las decoraciones interiores en forma de rayo en el techo que coinciden con las terracotas fuera de la iglesia.
De particular importancia además de la estructura de la iglesia es también el convento con sus claustros característicos y el refectorio, donde se conserva el fresco de Leonardo da Vinci.

El cenáculo

Es imposible no conocer la obra famosa a nivel mundial: la Última Cena de Leonardo da Vinci es sin duda el fresco más importante jamás pintado en la historia del arte.
Solicitado por Ludovico il Moro y pintado en las paredes del antiguo refectorio del convento dominicano en el interior de Santa María de las Gracias, este fresco representa a Jesús en el acto de la última cena con sus doce apóstoles. Para pintar este fresco, Leonardo decidió experimentar con una nueva técnica que involucraba el uso de yeso seco, mientras que la más tradicional requería la colocación de colores en la pared aún húmeda: desafortunadamente esta experimentación fue incorrecta debido a la humedad del ambiente, y a lo largo de los años, numerosas restauraciones han intentado salvar este importante trabajo del deterioro.
La importancia de este fresco se debe al sabio estudio de la perspectiva y a la alta calidad con la cual vienen representadas las expresiones en la cara de los apóstoles.

Curiosidades

Os dejamos un poco de curiosidades sobre la iglesia de Santa María de las Gracias y el Cenáculo:

• Durante el '500 la iglesia fue la sede de la Corte de la Inquisición;
• La Última Cena se salvó de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial porque la pared en la que se pintaba al fresco estaba especialmente reforzada con bolsas de arena;
• En la parte posterior de la iglesia hay un quiosco llamado "quiosco de ranas": debe su nombre a una fuente aquí presente en la que cuatro ranas rocían de la boca un pequeño chorro de agua que termina en el centro del tanque;
• La esposa de Ludovico il Moro, Beatrice d'Este, está enterrada en esta basílica;
• De particular importancia son los pesebres que se instalan aquí cada año durante el período de Navidad;
• En la frente de Jesús, en el fresco, se encontraba el agujero de un clavo que serviría a Leonardo como un punto de fuga para la perspectiva;
• Las numerosas copias del fresco en otras iglesias y ciudades italianas han permitido a los historiadores del arte saber exactamente cómo era la pintura antes de que comenzara el deterioro.

Información útil

Si no se necesita reserva para acceder a la Basílica de Santa María de las Gracias, visitar el Cenáculo requiere una planificación con suficiente antelación. Debido a las condiciones ambientales del refectorio, solo se permite la visita de grupos muy pequeños de alrededor de 25 visitantes a la vez, por lo que es necesario reservar con un par de meses de anticipación.
Las horas de visita de la iglesia son de lunes a viernes de 7:00 a 12:00 y de 15:30 a 19:00 (durante los meses de verano, la apertura de la tarde se pospone a las 16:00). Durante los días festivos se puede ingresar a la iglesia hasta las 9.00 p. m. La entrada es gratuita y os recomendamos ingresar al lugar religioso con la ropa adecuada: hombros y piernas cubiertos, sin pantalones cortos, camisetas sin mangas, minifaldas.
Para llegar a la basílica en transporte público, os recomendamos la línea 16 o 18 del tranvía - corso Magenta, parada Santa María de las Gracias; el metro se encuentra a unos 900 metros, la parada más cercana es Cadorna (líneas 1 y 2). No os recomendamos llegar a esta área con vuestro propio automóvil, ya que se encuentra en una zona de tráfico limitado con poca disponibilidad de estacionamiento.
El Cenacolo se puede visitar con un boleto de admisión de martes a domingo: os sugerimos visitar nuestra sección de Boletos de la última cena para obtener toda la información útil, reservar en línea con facilidad y saltear las colas de entrada.